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Las interminables playas salvajes de Sylt.
Las interminables playas salvajes de Sylt, sus paisajes
únicos y su climatología convirtieron esta pequeña isla en un
privilegiado destino estival de las clases altas alemanas del siglo XIX.
A principios del siglo XX, a estos nobles veraneantes se
sumaron también artistas y escritores, como Thomas Mann o Ferdinand
Avenarius, el editor que hizo de la lucha contra el mal gusto su
principal causa y el mayor impulsor de esta isla situada en el norte de
Alemania.
Tras la Segunda Guerra Mundial se convirtió en el punto de
encuentro de los magnates del milagro alemán. Hoy sigue siendo un lugar
de extraordinaria belleza natural con un reservado y tranquilo ambiente.
Con una extensión de 100 km2, Sylt es la mayor de las
Islas Frisias, muy cercanas a la frontera danesa. En la vertiente
occidental de la isla se encuentra una playa de 40 mk de longitud.
En Kampen, la principal villa de Sylt, pueden encontrarse boutiques
monomarca de grandes marcas de prestigio (como Louis Vuitton, Tods,
Chopard, Cartier, Hermes o Bulgari).
De hecho, el precio de alquiler de un local medio de
la zona comercial de Strönwai –35.000 euros metro cuadrado– es el más
alto de Alemania y uno de los más caros del mundo. En Kempen, en sus
restaurantes y sus tiendas está todo el ambiente que proporciona Sylt,
cuyo atractivo es precisamente su reservada tranquilidad y los 40
kilómetros de playas de arena fina con el apacible Mar de Wadden en el
oeste y sus marismas en el este.
El sol brilla en Sylt 1.750 horas al año, alrededor de
500 horas más que en Hamburgo, sin embargo los días sin viento no son
más de 4 al año. Por ello, se habilitan más de 11.000 tumbonas durante
la temporada de verano. Son confortables y acogedores asientos de mimbre
con gruesos colchones –suficientemente amplios para alojar a dos
personas– que resguardan del viento y permiten disfrutar plenamente del
sol.
Estas tumbonas contribuyen a dar al paisaje de las playas de Sylt
–declaradas reserva natural protegida y patrimonio de la Humanidad por
la UNESCO– un aspecto particularmente pintoresco.
Sylt dispone de una amplia oferta hotelera.
El Hotel Grand Spa A-Rosa en el norte de la isla y el Hotel Dorint Sylt-Westerland
en la parte central son las dos mejores opciones.
El atractivo del son
sus magníficas vistas a las playas salvajes y su magnífico Spa –con
tratamientos originales de talasoterapia y piscinas climatizadas
interiores y exteriores de agua salada del Mar del Norte.
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