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Las maravillas del Desierto de
Atacama, Chile
Te llevamos en un recorrido
impresionante por el desierto chileno de Atacama: desde el valle de la
Luna hasta las momias de Chinchorro pasando por géiseres, lagunas y
oasis.
Aunque a primera vista el Desierto de Atacama chileno
parece uno de los lugares más inhóspitos de la Tierra, en realidad
esconde espectaculares paisajes que poco tienen que ver con un árido
desierto.
Ocupa más de 100.000 km2 en el norte de Chile y es el más seco
del planeta, pero alberga valles lunares, inmensos salares, verdes
oasis, momias y un impresionante cielo estrellado que son sólo algunas
de sus maravillas.
¡Descúbrelas todas!
Valle de la Luna
El Valle de la Luna está a unos pocos kilómetros de San
Pedro de Atacama, y es un gran valle desolado de una gran peculiaridad
geológica donde la erosión extrema ha moldeado un paisaje casi lunar.
Sus largas dunas reflejan singulares colores y sirven de escenario a
rocas esculpidas por el viento que se alzan sobre un suelo blanco
cubierto de cristales de sodio.
Y es que esta zona desértica, situada en
la Cordillera de la Sal, acumula grandes cantidades de este mineral.
Salar de Atacama
El salar de Atacama es sólo uno de los que existen cerca
de San Pedro de Atacama, aunque es el de mayor tamaño y mejor acceso.
Visitarlo es como recorrer un desierto de sal dentro de un desierto de
tierra, ya que cuenta con un impresionante lago de sal que en algunos
lugares alcanza un kilómetro de profundidad.
Dentro de este insólito
paraje hay además varias lagunas habitadas por colonias de flamencos.
Laguna Chaxa
Una de esta lagunas es la de Chaxa que, ubicada en medio
del Salar de Tacama, forma parte de la Reserva Nacional de los
Flamencos.
Es espectacular ver a estas aves al amanecer mientras hunden
sus picos en el agua para cazar larvas de crustáceos, a las que deben el
color rosa de sus plumas.
Tres de las cinco especies que existen en el
mundo pueden verse aquí, y sobre todo la especie Chilena, que construye
nidos de sal en las orillas alejadas de la laguna Chaxa.
Géiseres de El Tatio
Para ver los géiseres de El Tatio hay que subir a 4.300
metros de altitud antes de que salga el sol, pero merece la pena.
El Tatio es un campo geotérmico originado por la actividad del volcán Tatio
en el corazón de los Andes, y alberga géiseres y fumarolas que entran en
acción al amanecer para a emanar vapor y agua a unos 85º en chorros que
alcanzan los seis metros de altura.
Gigante de Atacama
La mayor representación del mundo de un ser humano, de 86
metros de altura, está en el Cerro Unita, a unos kilómetros de la aldea
de Huara.
Se trata del Gigante de Atacama, un geoglifo rodeado de
misterio que parece representar a un chamán sobre la ladera occidental
del cerro.
Humberstone
La ciudad fantasma de Humberstone está cerca de Iquique,
en pleno Norte Grande. Alberga una antigua oficina salitrera que fue
fundada en 1872 para quedar abandonada en los años 60, cuando la
aparición de los nitratos orgánicos dejó obsoleta la extracción de este
mineral dejando sin trabajo a 3.000 obreros.
Humberstone y la parecida
Santa Laura son Patrimonios de la Humanidad de la Unesco y reflejan en
antiguo esplendor de la región.
Momias de Chinchorro
Las famosas momias de Chinchorro son las más antiguas del
mundo, y se exhiben en el Museo Arqueológico del Valle de Azapa, cerca
de la ciudad de Arica.
Tienen 9.000 años de antigüedad (2.000 más que
las egipcias) y ya se han descubierto varios centenares de todas las
edades y clases sociales pertenecientes a los pueblos de pescadores y
cazadores que habitaban lo que hoy es el norte de Chile.
Para
momificarlos, los cadáveres se desmembraban, vaciaban, y rellenaban con
palos, barro y piel de camello. Después se parcheaban con piel de foca y
se cubrían con una máscara de barro y una peluca de pelo auténtico.
Valle de Elqui
El Valle de Elqui es un verde oasis que serpentea a lo
largo de 100 kilómetros junto al río Elqui hasta llegar a La Serena,
capital del Norte Chico chileno. Es famoso por su producción de pisco,
bebida típica del país, su clima privilegiado aislado en medio del
desierto, y la fertilidad de su suelo.
Aunque tampoco hay que perderse
su cielo, uno de los más claros del hemisferio sur (hay varios
observatorios astronómicos), el Museo Gabriela Mistral, poetisa nacida
aquí y Premio Nobel de Literatura el año 1945, y las cocinas solares de
Villaseca.
San Pedro de Atacama
San Pedro de Atacama es la capital arqueológica de Chile
y el principal centro de la cultura atacameña o likanantai, autóctona y
posiblemente la más evolucionada del periodo prehispánico.
Es un pequeño
pueblo con calles pequeñas y casas de adobe, y su iglesia católica (la
más antigua de Chile) y el Museo Arqueológico del Padre Le Paige son
visitas imprescindibles para saber más sobre la cultura y evolución de
la región.
También hay que ver las ruinas de Pukará de Quitor, una
antigua fortaleza indígena del siglo XII.
Valle de la Muerte
El Valle de la Muerte es uno de los sitios más áridos del
planeta y es famoso por sus dunas de hasta 150 metros de altura.
Está
ubicado en la cordillera de la Sal y es perfecto para practicar sandboard (snowboard sobre arena) o para recorrer a caballo.
Su origen
fue un lago emergido hace 23 millones de años que ha dejado
impresionantes esculturas naturales, dunas y crestas rocosas que le dan
al paisaje un aspecto como de otro planeta. De hecho, también se le
llama Valle de Marte.
Toconao y Socaire
Toconao está a 38 kilómetros de San Pedro de Atacama, y
es un pequeño pueblo colonial construido con piedras volcánicas que
cuenta con una de las torres de campanario más bellas de Chile,
edificada en 1750.
Si recorres la el oasis de Toconao y la Quebrada de
Jeria podrás ver peculiares petroglifos. Y a 50 kilómetros está Socaire,
otro pequeño y encantador pueblo a 3.500 metros sobre el nivel del mar
en el que casi falta el aire para respirar.
Lagunas Miscanti y Miñiques
Las lagunas altiplánicas Miscanti, Miñiques y Blanquillas
están a 4.300 metros sobre el nivel del mar, y descansan sin casi
vegetación rodeadas de impresionantes volcanes y alimentadas por fuentes
de agua que proceden de la superficie de la Tierra.
Aún así atraen a
muchos animales, y de hecho forman parte de la Reserva Nacional Los
Flamencos.
Cerca de ellas están la Laguna Verde, que es de color verde
esmeralda, y la Laguna Sejar, que está rodeada de un bellísimo paisaje
formado por cristales de sal.
Termas de Puritama
Las Termas de Puritama son un paraíso perfecto para
quienes busquen relajarse. Cuentan con unos llamativos pozos de agua
termal ubicados en un bellísimo cañón montañoso en pleno desierto con
agua a 25º o 30º todo el año.
Estas aguas termales proceden del río
caliente Puritama, que sale a la superficie para formar pozas de hasta
ocho metros de diámetro.
Volcán Licancabur
El volcán Licancabur es parte de la Cordillera de los
Andes y alcanza los 5.916 metros de altitud. Se puede ver desde San
Pedro de Atacama, y sus cumbres nevadas se pueden recorrer desde el
campamento base, a 4.300 metros sobre el nivel del mar, o el intermedio,
a 4.700 metros.
Lo más atractivo de este volcán es que su cráter alberga
una laguna que se congela durante el invierno, y es de interés
arqueológico ya que sus alrededores están plagados de restos incas.
El cielo
No hay otro lugar en la Tierra donde el cielo sea tan
claro y las estrellas estén tan cerca, por eso el desierto de Atacama es
el lugar perfecto para contemplar la luna y el firmamento.
Además
alberga varios observatorios con impresionantes telescopios, entre ellos
el radiotelescopio más poderoso del planeta, llamado Proyecto ALMA y que
permitirá a los expertos responder algunas de las grandes preguntas de
la Astronomía.
V.
González
-
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