Reportajes
|
Reportajes
destinos
|
Tienda viajes
|
Organiza viaje
|
Guía |
Redes Sociales
|
Promoción
Darte un baño helado al aire libre
La mayoría de los lugareños comienzan con una sauna y esperan a que el cuerpo esté lo suficientemente caliente antes de entrar en el hielo.
Probar el esquí con cometa
Después, con la ayuda del viento y tu pericia, te impulsarás a más de 100 km/h montaña arriba: uno de los retos de esta práctica es subir sin remontes.
Las llanuras de Hardangervidda (Noruega) están consideradas el mejor lugar del mundo para disfrutar de este deporte –se organizan cursillos cada fin de semana–, aunque también puedes elegir la estación de Geilo –sede del Campeonato Mundial de esta modalidad– o la península de Varanger, donde podrás esquiar viendo el mar.
Practicar esquí de fondo
En la otra cara del placer que produce la velocidad, está el de disfrutar de un apacible paseo con una travesía de esquí de fondo. Esta modalidad –en la que las botas son flexibles y las fijaciones no retienen el talón– surgió como una forma de desplazamiento en los países nórdicos.
En España, Candanchú (Huesca) ofrece 35 km de pistas para esta práctica.
Dormir en un iglú
La zona consta de 5 iglús –uno con baño y jacuzzi privado– construidos por completo con hielo y equipados con pieles y sacos de plumas para combatir el frío.
El alojamiento (desde 99 euros) incluye traslado desde Grau Roig, aperitivo, paseo nocturno con raquetas, primera bajada de esquí antes de la apertura de las pistas, uso del jacuzzi, cena y desayuno y, por supuesto, la promesa de pasar una exótica y cálida velada –con saco y mantas especiales– en plena noche ártica.
Escalar un glaciar
Crampones, piolets, anclajes… Toda precaución es poca cuando se trata de escalar una montaña, pero si el reto es ascender por una pared de hielo, el riesgo aumenta considerablemente.
En St. Gallen (Suiza), un cantón del noreste suizo, el nivel de peligro está a la par con el de belleza en una propuesta irresistible: escalar las caprichosas formas de la cascada helada que forma el río Tamina –afluente del Rin– a su paso por el valle del mismo nombre (imagen).
Explorar las pistas bávaras
Pero lo que más identifica a la estación de Garmisch-Patenkirchen, en el sur alemán, casi en la frontera con Austria, son sus instalaciones deportivas, construidas por el régimen de Hitler para acoger los Juegos Olímpicos de Invierno de 1936.
En la actualidad, GaPa (como se le conoce) sigue celebrando el primer día del año con un tradicional campeonato de saltos de esquí y colmando las expectativas de los más exigentes, con 120 km de esquí alpino a la sombra del pico Zugspitze.
Correr con un trineo de renos
Montar en moto-nieve
Puedes alquilarla con conductor o manejarla tú mismo, siempre que seas mayor de edad y tengas especial precaución en las zonas heladas y las curvas con mucha pendiente. Ojo también con la velocidad: puedes llegar a los 120 km/h.
Jugar en la nieve
Con esta oferta, no es extraño que la estación francesa sea una de las favoritas de los peques. Además, cuenta con numerosas pistas para principiantes, un mini snow park y un recorrido pedagógico para iniciar a los más pequeños en los secretos de la alta montaña.
Deslizarte en sentido vertical
Si te va más hacer piruetas sobre una tabla de snow estás en el mejor sitio del mundo –Innsbruck es la sede del festival Air & Style–, con una snow boarder paradise (pista exclusiva) de más de 800 m de desnivel y numerosos obstáculos para probar tu destreza.
Hacer 'karting' sobre hielo
La actividad puede realizarse de forma individual (desde 18 euros, en carreras de 10 minutos) o en grupos, con minicompeticiones de tiempo cronometrado y cena incluida. Es para mayores de 16 años y hay vehículos adaptados para minusválidos. Del 2 al 8 de enero abren a diario, incluso en horario nocturno.
Descubrir las pistas búlgaras
Es la estación más oriental de Europa y la mejor equipada, a solo 3 h de vuelo de España y con 85 km de pistas y un desnivel de casi 1.700 m. Pero eso no es todo, ya que tanto el pueblo como el parque Nacional donde se ubica, son Patrimonio de la Humanidad.
Ensayar nuevos saltos
Este año, Javalambre amplía su completísima oferta con el rediseño y ampliación de la Free Style Zone Sabina y la incorporación de un circuito de skicross (la última modalidad de esquí libre), donde los amantes de la nieve y el riesgo pueden combinar giros y saltos acrobáticos con desniveles y bajadas trepidantes.
Comer salmón ‘on the rocks’
Aquí se bebe en vasos de hielo y se sirven aperitivos muy frescos, tanto que en vez de platos utilizan bandejas de hielo para presentar el salmón y otros productos suministrados por los pescadores locales.
Bailar en la montaña
La cafetería Remáscaro organiza conciertos al aire libre a partir de las 15.30 h que permiten a los esquiadores disfrutar de un après ski diferente y bailar en plena nieve. Además, amplía su horario hasta las 19 h, refuerza su programa con actuaciones y, cada lunes, te recibe con un vino caliente y sesión de dj’s.
Probar el mejor ‘powder’
Esto es lo que se siente esquiando sobre nieve polvo (o powder), una cualidad difícil de encontrar en España pero habitual en las pistas norteamericanas, como las de Colorado (imagen), donde las nevadas caen lejos del mar y no se deshacen con la humedad.
Bucear bajo el hielo
La propuesta es realizar submarinismo de alta montaña y sumergirte en los lagos de Vallnord (Andorra, en la imagen), un paisaje agreste donde solo se puede llegar a pie o en helicóptero. Allí, buceando a 90 m de profundidad en un lago situado a más de 2.500 m de altura (desde 85 euros), el juego de luces y formas que crea el hielo sobre tu cabeza es inolvidable.
Deslizarte por la pendiente de Podkoren
Aquí se celebra la Copa Mundial de Esquí Alpino (este año, el 8 y el 9 de marzo) y, cada temporada, se concentran miles de expertos ávidos de emular a los deportistas y lanzarse por la famosa pendiente de Podkoren.
Patinar en plena ciudad
La actividad –hasta marzo y gratuita si llevas tus patines– te permite deslizarte en una pista de hielo a la sombra de los 96 m de su torre gótica, que la convierten en la más alta de todo el país.
Saborear una ‘fondue’ junto al Matterhorn
Esta temporada es un buen momento para conocer las ofertas de estas estaciones –rutas fuera de pista, nuevos telecabinas, etc– pero, sobre todo, para hacer un alto y participar en una estampa 100% suiza: disfrutar con un grupo de amigos del aire libre de alta montaña en Valais mientras saboreas una rica y calentita fondue bajo la atenta mirada del Matterhorn.
Jugar al 'snowgolf'
Entre las más originales y de las últimas en llegar destaca la práctica de golf sobre nieve, que puedes realizar en la zona de Wispile. Se trata de ensayar tu drive y el putt en un sensacional campo de 360º.
Tienes un recorrido de 9 hoyos y, si eres novato, un pequeño driving range de entrenamiento para practicar tu swing. Entre juego y juego, lo mejor es admirar cualquiera de los paisajes circundantes: tanto el alpino, que alterna cumbres espectaculares con profundas gargantas, como el de la jet set que convirtió hace años este pequeño reducto suizo exento de tráfico en un exclusivo destino. Entre sus adeptos, puede que te encuentres a un actor norteamericano o a algún miembro de la realeza europea.
Lanzarte con heliesquí
Fue justamente aquí donde nació esta modalidad hace unos 40 años, ya que al disponer de menos remontes que las pistas norteamericanas los esquiadores eran subidos en helicóptero hasta las montañas más altas para que pudieran descender tranquilamente en medio de la nieve virgen.
Si no padeces de vértigo y estás en buena forma física –los esquís son más anchos y pesados de lo normal– éste es uno de los deportes de nieve más apasionantes.
Broncearte bajo cero
Por la tarde, nada como saborear un crêpe con chocolate caliente o tomar una copa en las tumbonas del Chalet du Clot (imagen), bajo el sol de esta preciosa estación francesa.
Disfrutar el ‘snowtubbing’
En la zona de Borreguiles, una de las actividades más divertidas es el snowtubbing (desde 10 euros), es decir, deslizarse por una pendiente nevada con la ayuda de un neumático hinchable con asas, una especie de donut gigante con el que bajar a toda velocidad en un inmenso tobogán nevado.
Admirar el paisaje
Los bosques de la Sierra de Gúdar (imagen), un precioso paraje con extensas zonas de pino negro, serán tu escenario de lujo a la hora de disfrutar de la nieve y practicar freeride. Además, toda la zona de restauración se encuentra rodeada de árboles.
Pasear sobre raquetas
Es más económico que otras actividades, puedes ir a tu ritmo, en familia y, lo mejor, de todo: te permite recorrer paisajes –como los de la estación leridana de Boi Taüll, a la entrada del parque Nacional de Aigüestortes (imagen)– vedados a los esquís.
Subir a un trineo con perros
Los animales cuentan con un duro entrenamiento, ya que compiten habitualmente en Pirena, una travesía que recorre el Pirinero durante dos semanas.
La carrera dura 1,2 km y es una experiencia muy excitante y apta para toda la familia, aunque no se recomienda a personas con problemas de espalda.
Ir en tren sobre la nieve
El recorrido entero, de más de 300 km, cuesta 113 euros y dura alrededor de 7 horas; si lo prefieres puedes elegir los tramos que más te convengan, con la seguridad de que te gustarán todas las panorámicas de estos hermosos paisajes nevados.
Esquiar de noche
La pista abre de 18 a 20.30 h y el precio incluye asistencia. Para terminar, puedes cenar en el Selva Café mientras contemplas el paisaje iluminado.
Disfrutar de la nieve en familia
Además, la estación acogerá mascotas de tamaño natural, que se mostrarán ansiosas por que las encuentren.
Por: Carmen R. Pinos - www.redestravel.com/reportajes