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Castillo de Sagunto, con fortalezas romanas y árabes, en
España
El Castillo de Sagunto, situado en la cima de una colina que domina la
ciudad de Sagunto, en la Comunidad Valenciana, es uno de los castillos
más impresionantes y cargados de historia en España.
La fortaleza se extiende a lo
largo de casi un kilómetro y ofrece unas vistas impresionantes de la
costa mediterránea y la llanura que se despliega alrededor, lo que le
confirió un enorme valor estratégico durante siglos.
Su historia es tan rica como
sus murallas, ya que muestra vestigios y huellas de las múltiples
civilizaciones que la ocuparon, desde íberos hasta romanos, visigodos,
árabes y cristianos.

Influencias romanas
Durante el dominio romano, Sagunto, conocida entonces
como Saguntum, se convirtió en una ciudad próspera y
estratégica.
Fue escenario de la famosa defensa saguntina contra
las tropas cartaginesas lideradas por Aníbal en el siglo III a.C., un
episodio que marcó el inicio de la Segunda Guerra Púnica entre Roma y
Cartago.

Después de esta guerra, Roma reforzó y amplió las
defensas de la ciudad, construyendo las primeras estructuras de lo que
hoy es el castillo.
Dentro del recinto se pueden encontrar numerosos
restos de esta época, incluyendo grandes bloques de piedra utilizados en
la construcción de los muros y algunas cisternas romanas, que servían
para almacenar agua y asegurar el abastecimiento de la fortaleza durante
largos asedios.

También destacan vestigios del antiguo foro romano y
el teatro, que aún se conserva a los pies de la colina, reflejando la
importancia cultural de la ciudad en tiempos romanos.

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Influencias árabes
La influencia árabe en el Castillo de Sagunto es
palpable y profunda, ya que durante más de 500 años (desde el siglo VIII
hasta el XIII) la ciudad fue un importante enclave bajo dominio
musulmán.
Los árabes reformaron y ampliaron la estructura de la
fortaleza, adaptándola a las técnicas defensivas y arquitectónicas de la
época.
Durante este período, la fortaleza se dividió en
varios recintos separados por murallas y torres que permitían una mejor
defensa y control de la población y los accesos.

Uno de los legados más claros de la época musulmana es
la estructura en laberinto que caracteriza al castillo, así como algunas
de las torres y arcos de estilo árabe que sobreviven en pie.
También se cree que los árabes mejoraron el sistema de
almacenamiento de agua del castillo, creando nuevas cisternas y aljibes
para garantizar el suministro de agua en caso de asedio, una técnica que
aprendieron de los romanos y adaptaron a sus necesidades.
Estructura de la fortaleza
El Castillo de Sagunto está dividido en varios
recintos fortificados que se adaptan a la forma de la colina,
aprovechando al máximo la elevación y el terreno escarpado.
A lo largo de sus murallas se pueden observar torres y
puertas que datan de diferentes épocas, como la Torre del Homenaje y la
Puerta de Almenara, construidas por los cristianos tras la Reconquista.
Dentro de la fortaleza, se pueden distinguir siete
recintos principales:
- Plaza de Armas:
Uno de los puntos más importantes del castillo, donde se encuentran
restos de construcciones romanas y medievales.
- Plaza de Santa María Magdalena:
Una de las áreas más antiguas del castillo, con restos de murallas
romanas.
- Recinto de la Ciudadela:
Destinado a ser el centro defensivo, fue mejorado durante la
ocupación árabe y cuenta con aljibes de gran capacidad.
- Recinto de las Almenas:
Caracterizado por sus torres defensivas y sus vistas estratégicas.
- Recinto de la Morería:
Se cree que fue habitado principalmente por población musulmana tras
la Reconquista cristiana.
- Recinto de la Torre Central:
Construido en tiempos de los cristianos y refaccionado en épocas
posteriores.
- Recinto de la Plaza de Armas Baja:
La zona que sirvió de conexión entre la ciudad y el castillo.

La Reconquista y la influencia cristiana
Tras la Reconquista de Sagunto por el rey Jaime I de
Aragón en el siglo XIII, el castillo fue nuevamente ampliado y adaptado.
Los cristianos reforzaron las murallas y añadieron
estructuras defensivas como la Torre del Homenaje y nuevas puertas de
acceso.
Durante este tiempo, el castillo fue testigo de
numerosos conflictos y guerras, siendo un bastión clave durante las
revueltas medievales y la Guerra de Sucesión Española en el siglo XVIII,
que causaron daños en la fortaleza.


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Patrimonio y turismo
Hoy en día, el Castillo de Sagunto es un Bien de
Interés Cultural y un destino turístico de gran relevancia.
Atrae tanto a amantes de la historia como a visitantes
que buscan disfrutar de sus vistas y del recorrido por sus ruinas.


Recorrer el castillo es como caminar a través de las
páginas de la historia de España, donde se encuentran símbolos y
estructuras de todas las épocas, desde los íberos hasta la dominación
romana, árabe y cristiana.
Además, cada verano, el cercano Teatro Romano de
Sagunto acoge el Festival Sagunt a Escena, en el que se representan
obras de teatro, conciertos y eventos culturales, reviviendo así la
antigua tradición romana y transformando el castillo en un espacio vivo
que une pasado y presente.


En definitiva, el Castillo de Sagunto es mucho más que
una fortaleza: es un testimonio de la riqueza histórica y cultural de
España, una mezcla de civilizaciones y un lugar único donde se puede
sentir el peso de siglos de historia entre sus muros.
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