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Aprovecha el puente
festivo para descubrir ciudades españolas
España posee un riquísimo
legado cultural de otras épocas escondido en las calles de sus ciudades.
Aprovecha unos días de descanso para sumergirte en ellas.
De las ciudades que hay en España, ¿cuántas conoces de
verdad?
Aquí tienes una pequeña selección para que sepas de donde
vienen, qué ver en cada una y los sitios que no te debes perder.

En el paso de la calzada romana de la Vía de la Plata
está la Emérita Augusta. Fundada en el año 25 a. C, una colonia
destinada a los veteranos de las guerras en Cantabria.
Es por ello por
lo que esta ciudad de pasado romano, declarada en 1993
Patrimonios
Humanidad, mantiene intacta los vestigios romanos. Su principal
atracción es el teatro del siglo I, que en tiempos de Adriano tenía un
aforo de 5.500 espectadores y que hoy sigue en perfecto uso.
También
conserva en buen estado el anfiteatro, el arco de Trajano, el templo de
Diana, el puente sobre el Guadiana y en clave moderna, el Museo Nacional
de Arte Romano de Rafael Moneo.

Ciudad universitaria desde 1218, fue declarada
Patrimonio de la Humanidad en 1988. Todo paseo por esta maravillosa
ciudad debe comenzar por la plaza Mayor, donde se mezclan diferentes
estilos y ornamentaciones.
Es aquí donde están los principales bares y
restaurantes con los mejores productos de la tierra. Después hay que
seguir por la Rúa Mayor donde está uno de los edificios más
emblemáticos, la Casa de las Conchas, ahora convertida en biblioteca
pública.
En su fachada hay que entretenerse para encontrar la calavera y
el sapo, entre tanta concha. La catedral formada por dos Iglesias
Mayores, la Universidad o el huerto de Calixto y Melibea son otra de las
visitas obligadas.

Oculta en sus calles tesoros de la arquitectura
española. Edificios modernistas que cautivan la mirada del turista y la
convierten en la segunda ciudad española en este estilo. Su promotor
principal fue Enrique Nieto, discípulo de Gaudí.
Uno de los atractivos
es que en esta ciudad conviven cuatro comunidades diferentes
(cristianos, musulmanes, hindúes y hebreos), cada uno con sus señas de
identidad, reconocidas y reconocibles.
Un eclecticismo que se puede
seguir en la conocida como Ruta de los Templos para visitar la Sinagoga
de Or Zoruah, el templo Hindú Mandir, la mezquita Zawiya Alwiya y la
iglesia de la Purísima Concepción.

Es ideal para pasear ya que es casi llana. Las calles
de la Trapería y Platería son las más típicas (y están llenas de
tiendas), y el Paseo del Malecón, cerca del río Segura, es otra opción
para poder ver la huerta murciana y después, volver a la ciudad andando.
La catedral de Murcia (foto) es una obra maestra del barroco español del
siglo XVIII. El Casino del siglo XIX es toda una institución con su
salón de baile estilo Luis XV. También hay muchos museos para visitar
para quienes les guste.
Como el Arqueológico, el Salzillo, el Taurino,
el de las Bellas Artes y el de la Sangre. Para las compras más típicas
no se olviden de los pasteles de carne, en Bonache y el Pastel de
Cierva. En el mercado de Verónicas se pueden adquirir los famosos
productos de la huerta de Murcia y del mar.

Es mucho más que su Mezquita pero uno no puede irse
sin pasar por esta obra maestra de arte Omeya, con sus más de mil
columnas y su Patio de los Naranjos.
La manera tradicional de visitarla
es en calesa. Aunque hay más opciones como el Taxitour, en bicicleta, en
coche eléctrico o andando con guía local.
El Alcázar fue construido por
Alfonso X sobre los restos de un palacio califal y luego usado por los
Reyes Católicos como residencia, durante la guerra con Granada. Destaca
el Salón de los Mosaicos, la Sala de los Baños Reales y el Patio
Morisco.

Además, las casas cordobesas tiene un patio central adornados
con plantas y una fuente, que se pueden visitar durante todo el año.
Para comer no olvidar pedir un rico salmorejo, rabo de buey o cordero
con miel.
Para salir de tapeo o copas la zona más de moda está en la
Judería y las plazas del Potro y la Corredera.

Los ríos Huécar y Júcar bordean la ciudad declarada
Patrimonio de la Humanidad en 1997. Y aunque a todo el mundo se le viene
a la cabeza las Casas Colgadas cuando se menciona Cuenca, hay mucho más
que ver.
El punto de partida es la Plaza Mayor llena de bares, mesones y
bodegas, cuya especialidad es el morteruelo (especie de paté de caza)
que aporta mucha energía para poder subir las empinadas cuestas. La
Catedral (foto), de los siglos XII y XIII, está considerada la obra
inaugural del gótico en la Península Ibérica.
La Casa del Rey (una de
las Colgadas) acoge el Museo de Arte Abstracto Español con obras de Chillida y Tàpies. Y por supuesto el Puente de San Pablo, una pasarela
de hierro que cruza el río Huécar y comunica la ciudad alta con el
convento de San Pablo. Para comprar, Cuenca es típica por su artesanía
de cuero, cerámica, cristal, forja, ebanistería, estaño y plata.

No se puede hacer una excavación sin que aparezcan
ruinas romanas. Fue un puerto importante del Imperio y por eso hay
vestigios en toda la ciudad.
Para ello, las principales visitas con al
Museo Nacional Arqueológico y los recintos históricos como el anfiteatro
(foto) construido muy cerca del mar. Y en los alrededores el Médol, la
Necróposits, y las villas de Els Munts y Centcelles.
Bilbao (País
Vasco)

La ciudad se ha convertido en símbolo de la modernidad
vasca, en especial, desde que abrió sus puertas el Guggenheim. De hecho,
el palacio Euskalduna, las torres de Isozaki, el puente Zubizuri, la
Torre Iberdrola, la Biblioteca de Deusto, la estación de Abando son
algunos de los edificios que se han construido siguiendo la estela del
museo.
Para conocer un poco más sobre artistas y cultura vasca, hay que
visitar los museos de Bellas Artes y Vasco. Una manera original de ver
Bilbao es hacerlo en barco por la ría del Nervión desde el embarcadero
Uribitarte.
León (Castilla
León)

Paso de peregrinos, ciudad ancestral, tiene una
magnifica catedral gótica, quizás el mejor templo de España, en pleno
centro histórico, muy cerca del Barrio Húmedo lleno de tabernas. Al
pasear por sus calles se contemplan casa antiguas y pequeñas iglesias
como la de San Martín, Santa María del Camino.
A través de ellas se
llega a la Plaza Mayor donde los domingos se instalan el rastro. Paso
obligado es ir al Hostal de San Marcos, reconvertido en Parador Nacional
de Turismo, las conchas del empedrado del claustro recuerdan que en la
Edad Media era un albergue para peregrinos del Camino de Santiago.
Al
lado, el Museo de Arte Contemporáneo, Musac. Los quesos, la morcilla de
león, la cecina y las yemas artesanales, sólo son algunos de los
manjares a probar.
Valencia (Comunidad
Valenciana)

Desde su centro medieval presidida por la Lonja de los
Mercaderes, pasando por el modernismo de su Mercado Central, hasta la
innovación del XXI con la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Valencia
es una ciudad de contrastes a orillas del Mediterráneo, en la que hay
que detenerse unos días para conocerla.
Desde la plaza del mercado es
fácil adentrarse en la Valencia medieval a través de los callejones que
llevan a la catedral y el Palau de la Generalitat. Y el impresionante
Oceanografic, convertido en el mayor centro marino de Europa, creado por
Santiago Calatrava.

Al norte de España está una de las ciudades más
tranquilas, con una gran bahía, y una gran playa (Sardinero). Elegante y
residencial, hay tiempo para descansar y ver algunas de sus maravillas
como la biblioteca Menéndez Pelayo, con más de 42.000 volúmenes. El
Paseo de Pereda, con sus edificios construidos a partir del XVIII,
adornados con miradores y balcones.
Puertochico, el antiguo puerto
pesquero ahora convertido en muelle deportivo. El Palacio de la
Magdalena, edificio de estilo inglés hogar del rey Alfonso XIII en sus
veraneos. O el Gran Casino, uno de los emblemas santanderinos que evoca
la belle époque

Ciudad amurallada, fundada por los romanos,
conquistado por los árabes y reconquistada por las tropas castellanas de
Alfonso IX en 1229. Todas estas culturas dejaron su huella en esta
ciudad eslabón de la próspera Ruta de la Plata.
Su barrio antiguo está
lleno de laberintos, cuestas y plazas. El lugar más popular, la plaza de
Santa María, en la que está el palacio Episcopal y la Catedral. Hay que
conocer también la Torre Bujaco, la Torre de la Hierba, la Casa de las
Veletas y el Museo Provincial.
San
Sebastián (País
Vasco)

El bravío mar Cantábrico ha modelado esta ciudad
vasca, abierta por la bahía de La Concha y encajada por los montes
Igeldo y Urgull. En el espacio entre ambos, El Peine del Viento, de
Eduardo Chillida y la Contrucción Vacía de Jorge Oteiza.
En medio del
mar, la isla de Santa Clara. Y el Paseo Marítimo, señorial y
aristocrático, con edificios nobles como el Ayuntamiento, los antiguos
Baños reales y el Palacio Miramar.
En el interior de la ciudad, en la
parte vieja, la plaza de la Constitución, llena de bares de ?pintxos? y
?txakolí?. Tras la comida, visita a la basílica de Santa María del Coro
del siglo XVIII y a la parte moderna de la ciudad: la zona del Kursal,
el Auditorio y el Palacio de Congresos. Son otro de los símbolos de la
ciudad.
Toledo (Castilla
la Mancha)

Uno puede imaginarse todavía a El Greco recorriendo
sus calles, porque poco han debido cambiar desde sus tiempos. Es la
ciudad de las tres culturas: judía, musulmana y cristiana. Hay mucho que
ver pero hay lugares imprescindibles.
El puente de San Martín, con sus
cinco arcos elevados a 30 metros sobre el Tajo.
El monasterio de San
Juan de los Reyes erigido en memoria de los Reyes Católicos. La Iglesia
de Santo Tomé con las obras cumbres de El Greco.
La Sinagoga de Santa
María la Blanca con sus ricos capiteles. La Sinagoga del Tránsito, sede
del Museo Sefardí. La Catedral, construida entre los siglos XIII y XVIII.
El Alcázar, en la actualidad Museo del Ejército y la Mezquita del Cristo
de la Luz.
Santiago de Compostela (Galicia)

Para los peregrinos significa la emoción de llegar al
final del Camino. Pero la capital gallega es un ejemplo de integración
de ciudad clásica y contemporánea.
El meollo está en la Plaza del Obradoiro, donde se encuentra a un lado la Catedral y su Pórtico de la
Gloria, al costado el Hostal de los Reyes Católicos, antiguo hospital
real para peregrinos, hoy Parador Nacional. Cerca, el colegio de San
Xerome, el Ayuntamiento, y el Pazo de Xelmírez.
Aunque es una ciudad de
trazado medieval, el paseo por ella puede dar sorpresas modernas como el
Auditorio, el Palacio de Congresos y el Centro Galego de Arte
Contemporáneo.
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